Blog

Es de sobra conocido por todos, que las economías familiares no están atravesando uno de sus mejores momentos, sabemos que hemos estado luchando por sobrevivir desde la última crisis del 2008 con la esperanza de que todo cambiara y poder tener nuestra ansiada isla de tranquilidad. Pero cuando ya estábamos a punto de empezar a ver el final del túnel, la vida, nos presenta otro reto, la pandemia que estamos sufriendo, ahora más que nunca, nos preocupa la familia, la salud, el futuro y el poder llenar la nevera. Nos encontramos debilitados por la incertidumbre de lo que va a pasar, los responsables de familia, la familia entera tiene muchas dudas, qué me pasará mañana en el trabajo, dónde y cómo hago para encontrar trabajo, dónde tendré mi porvenir, nos encontramos en un océano de dudas difícil de solucionar. Además, a todo esto un volumen ingente de información, buena, mala, sesgada. Nuestra clarividencia ante todo ha de estar totalmente clara, no podemos permitirnos el lujo de equivocarnos, ya que, de ello depende el éxito de nuestra misión. Creo que es un buen momento para mirar hacia dentro y ver lo que somos y sacar de nosotros lo mejor que tengamos para aportarlo a nuestros seres queridos y a la sociedad. Creo que es el mejor momento para saber de qué estamos hechos y hasta dónde estamos dispuestos a llegar. Reconocer que la vida es muy hermosa, tan hermosa, que no tenemos derecho a complicarla, ni a malograrla. Nuestro derecho es vivirla como nos han enseñado a hacerlo.